miércoles, 8 de diciembre de 2010

El otro yo

(Dadle al play antes de leer, ¡espantasuegras!)



El otro yo.

El significante hueco, evadido. Lo que verdaderamente somos, aunque evitemos asumirlo. Carcasa baldía rehuyendo el desencanto como a la patria el proscrito. Can esclavo de su ineludible báculo. Paciente crónico de priapismo. Visionario enfermo de presciencia. Polizonte del vacío, tratando de permanecer vivo en el ancho Mar de los Sargazos: interfecto de un tiempo antiguo. Emisario de las profundidades. De lo imperfecto. Cincelador de lágrimas como surcos de olvido. Rapsoda del desaliento. Cronista del desatino. Juggernaut del ser querido. Equilibrista del tedio. Encantado de ser desconocido. Sístole sin diástole de corazón pretendido. Apócope de la verdad. Liaison de tus descuidos.

Ése soy yo, el verdadero. No el otro. El fingido.

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