lunes, 3 de enero de 2011

La promesa del alba


«No es bueno ser amado de esa manera, tan joven, tan pronto. Uno se acostumbra mal. Mides, confías, aguardas. Creemos que eso existe en otra parte, que lo podemos encontrar. Con el amor materno, la vida te hace al alba una promesa que jamás cumple. Después nos vemos obligados a comer frío hasta el final de nuestros días. Después de eso, cada vez que una mujer te abraza y te aprieta contra su corazón no hace más que darte el pésame. Uno siempre vuelve a aullar sobre la tumba de su madre, como un perro abandonado. Nunca más, nunca más, nunca más, unos brazos adorables te rodean el cuello y unos labios dulces te hablan de amor. Tú ya sabes de qué va. Fuiste muy temprano a la fuente y te lo bebiste todo. Cuando vuelves a tener sed, por más que busques por doquier, ya no quedan pozos, sólo hay espejismos. Desde el primer resplandor del alba, has hecho un estudio muy riguroso del amor y dispones de documentación. Vayas donde vayas, llevas contigo el veneno de las comparaciones y pasas el tiempo esperando lo que ya recibiste... »

de la obra "La Promesa del Alba", de Romain Gary.

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