lunes, 16 de mayo de 2011

Pensaba en muchas cosas





Pensaba en muchas cosas. Cuando aquel cabrón la estaba empalando duro contra el sofá cama y tapándole la boca con la mano para que los huéspedes no escucharan sus gritos, pensaba en por qué había confiado en ese chico. ¿El chico, qué pensaba? Él estaba más atento a la canción que sonaba en el reproductor que a la escena de motel barato que él mismo protagonizaba. Descubrió que el tema que sonaba, “Number of the beast” de Zwan se parecía mucho al comienzo de “Four Rusted Horses” de Marilyn Manson. En eso pensaba. Al final, en la música, todo acaba siendo un poco lo mismo. Todo está tan experimentado y revisitado, tan ajado por la reincidencia que los que se hacen llamar innovadores en realidad sólo son eclecticistas conformando extraños collages musicales, fusionando cualquier mierda que a duras penas tiene algo que ver. Es un poco como pasa entre las personas. Ya apenas queda algún amor original, alguna relación auténtica. Todos venimos a ocupar el lugar de algún otro anterior que probablemente no fue mejor amante pero llegó al principio, cuando todavía quedaban muchas gigas libres en el disco duro del recuerdo, de la impresión perdurable. Esa que imprimió su signo en el prefacio de nuestros corazones aún vírgenes de desengañó, aún expectantes de positivismo empírico, del ensayo y error que rige nuestras vidas y nuestras equivocaciones. Salvo raras excepciones, todos somos sustitutos. Es por eso que el mundo, la vida, el amor, la amistad, con los años ya no nos parecen ese licor fragante que descubrimos retirando el precinto. Algo novedoso y puro a desentrañar, a revelar. El precinto se rompió hace mucho tiempo. Es por eso que nada nos parece nuevo. La palabra amor cambia con las heridas. Los recuerdos son solo surcos de lágrimas. Y en medio, nosotros.

En eso pensaba.

4 comentarios:

  1. Como decía mi madre, hay que estar a lo que hay que estar. Que si a rezar,rezar. Que si a follar, follar, que luego vienen las pajas mentales

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  2. Está bien la reflexión, muy bien escrita. Aunque si me permites una pega, hay algo raro en el cambio abrupto que haces después de la reflexión de la mujer, poco equilibrado. Para ella demasiado violento, para él como una reflexión fruto de una rendición previa. Quizás sea deliberado, pero en ese caso, o desarrollaría un poco más lo de ella o señalaría visualmente más la diferencia, con un cambio de párrafo, es la sensación que me da.
    Luego, el contenido es interesante. El gran problema de las relaciones humanas en la actualidad, y también del hombre con el mundo, es su pérdida de autenticidad, su estandarización y banalización. Das una visión particular, narras con gran belleza lo de los precintos que nunca más se abren, el tema de la memoria condicionante... Me gustan las imágenes, pero me sigue sin cuadrar del todo en la situación en la que está. Espero que no sea de los que piensan en alto porque como se entere la tía…

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  3. di que sí Chafar, molan infinitamente más las pajas reales que las mentales, que al final acaban con todo el cerebro empantanao en grumen hipotalámico, jajaja

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  4. Puede que tengas razón Doris. La verdad es que soy un vago semántico del quince en lo que a revisitar la coherencia y normal alternancia de papeles entre los sujetos de pensamiento interactuado.

    En realidad nunca pienso en segun qué situaciones porque me pierdo, jajaja

    Abracete!

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