Mantener la unidad de una pareja es un ejercicio artificial, pero yo conozco muy pocos ejercicios rigurosamente naturales: comer, orinar, cagar, dormir y, tal vez, fornicar, aunque este acto cada vez se me revela más cultural. Sí, es un ejercicio artificial que precisa el continuo cálculo de las pérdidas y las ganancias. Sobre este precario equilibrio es posible mantener una vida en común, incluso duradera. Pero a veces, y sobre todo bajo la opresión de las circunstancias exteriores, el equilibrio se pierde y pierdes rueda como el ciclista que ha quedado retrasado con respecto al que marca el tren de marcha y abre el viento. Y sucede que nunca más recuperas esa distancia y cada vez quedas más lejos de una situación pasada.
Tal vez retorno siempre a la rota imagen de Muriel porque me asalta la angustia del ciclista que pedalea solo y con la sensación de que ya no puede ganar esta carrera, ni otra siquiera porque tampoco nunca podrá abandonar la carrera que nunca ganará. Resulta muy complicado sustituir unas convenciones vitales por otras y, en definitiva, esta sustitución siempre se revela absurda porque la vida, lo tengo muy estudiado, es una sucesión de movimientos sin éxito."
Manuel Vázquez Montalbán.
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